13 jun 2015

Y que alguien me diga que todo va a ir bien.

Aunque no queramos, todo tiene un final. Acaba el invierno, acaban las vacaciones, acaba una relación, acaba una vida... Siempre hay un final, no tiene por qué ser un final cercano, puede haber detrás una historia larga y el final puede considerarse feliz. 
Y un final se acerca a mí. Más que uno, varios y claro, tengo miedo. Porque cuando algo acaba, algo nuevo empieza y si es desconocido, puede asustar. Y yo ahora tengo miedo, ya que se termina mi vida en Salamanca, y 6 años se dicen pronto pero marcan mucho, las experiencias adquiridas nadie me las va a quitar y aun así noto que cuando esto termine, lo voy a perder. Quizá porque el volver a casa, creo que voy a perder mi libertad, y en parte sí, pero en parte no. No todo va a ser malo en la vuelta a casa, ¿no?
Además, no solo se termina una etapa en una ciudad, sino una época de estudio. Terminando el máster, me he dado cuenta de que voy a echar mucho de menos estudiar, porque cada vez que aprendo algo nuevo, me siento como si supiera poquísimo y solo quiero saber más y más y más...
Pero supongo que esto es algo pasajero (y espero), que se están juntando muchos finales a la vez y me da mucha pena.
Pero aunque diga adiós a muchas cosas... muchos holas nuevos me esperan...

No hay comentarios: