Reflexiones de última hora.

Últimas horas de mis 22, y aquí me encuentro terminando el Power Point de mi amado trabajo, Órganos eléctricos, que tantas horas de sueño me ha quitado en estas semanas, pero que por fin entregamos mañana, y presentamos el miércoles. 

Es raro, no sé si le pasa a todo el mundo, a la mayoría o solo a mi, pero el día antes del día de mi cumpleaños da asco. Es el preludio del día especial, pero sin serlo y la gente  que no te va a ver te felicita y claro, no es lo mismo. 

Tiquismitismos a parte, 23 años se dice pronto pero han venido rápido rápido. De esto que te preguntan que cuantos haces y tu  dices la temida edad, y la gente (mayor) suspira deseando tenerlos... lo que daría yo por volver a los 17... ais. 

Me escribo esto aquí para recordarme que no solo es un año más sino que es hora de seguir avanzando y de conseguir todo lo que he ido buscando a lo largo de mi ¿corta? vida. Ser más organizada, en todos los ámbitos, y decir que me siento orgullosa de que sé vivir sola y que no lo hago nada mal. Fuera la pereza de moverme, que parece que tengo 80 cuando me apalanco en el sofá, y ser feliz. Lo último es algo bastante obvio, pero no está demás recordarlo. Ojalá crecer 5 cm, pero me parece que eso ya no cuela, y lo mejor es que con 23 por fín voy a ser BIÓLOGA. El sueño de mi vida, por fin. El futuro aun está por ver, pero lo importante es que las cosas poco a poco y con buena letra se consiguen.

Y que  voy a seguir con el trabajo, que sino... (: