Dices que así no estás bien, pero no cambias nada.
Dices que puedes hacer, pero ni empiezas ni acabas.
Luchas contigo -esta vez no puedes salir corriendo-, es tan fuerte tu tormenta que fuera ves mojado el suelo.
Y no recuerdas que tus botas nunca te fallaron, que pisaste mil tormentas y siempre te has salvado, sólo tuviste que andar, sólo creer en tus pasos.
Eres tú quien sabe más, eres quien saldrá ganando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario